Uso de la energía en el hogar

Una de las grandes ayudas que nos ofrecen nuestros tiempos la constituye el acceso a la energía, especialmente a la electricidad. El ámbito doméstico está totalmente permeado por su uso, a tal punto que es casi impensable una vida en un hogar que no cuente con un tomacorriente o con luz artificial.

La cotidianidad depende del uso y los beneficios que recibimos de los electrodomésticos, que son los principales consumidores de energía en casa. Entonces, en vista de que la electricidad no es gratis y de que ahorrarla no solamente significa una ayuda al bolsillo sino también al planeta, nos preguntamos cómo podemos hacer que su uso sea más inteligente y más responsable.

A continuación te vamos a mostrar qué ventajas acarrea el uso inteligente y responsable de la energía en el hogar; además, te enseñamos algunos tips para que tu hogar sea más eficiente energéticamente. Pero primero, tenemos que conocer un concepto central en la cuestión del uso de la electricidad: la eficiencia energética.

Tabla de contenidos

Por qué es importante la energía eléctrica

¿Qué es la eficiencia energética?

En palabras sencillas, la eficiencia energética hace referencia a la relación entre la capacidad de una máquina o aparato de desarrollar determinada actividad o trabajo y la cantidad de recursos energéticos que requiere para hacerlo.

Decimos que una máquina es eficiente energéticamente cuando los recursos energéticos que consume son relativamente bajos en vista del rendimiento que demuestra en el desarrollo de su trabajo. Su eficiencia es, entonces, buena. Pensemos por ejemplo en un refrigerador que, consumiendo el mínimo de energía, mantiene alimentos y bebidas a una temperatura baja.

También puede suceder que una máquina o un electrodoméstico sea ineficiente en términos energéticos. Esto ocurriría cuando, por defectos intrínsecos de su funcionamiento o por un mal uso, el aparato en cuestión exige demasiada energía y no se desempeña de forma óptima. En este caso, vemos, hay un consumo de electricidad desmedido y absurdo que merece ser corregido.

Usualmente el consumo de energía se ve reflejado en la factura de la electricidad. Sus unidades son el kilovatio por hora. Si queremos ahorrar energía, y consecuentemente ahorrar dinero, lo más acertado que podemos hacer es reducir los kWh. Pero, ¿cómo?

¿Qué son los kWh y cómo reducir su consumo?

La medida internacional para medir el consumo de energía eléctrica es el kWh. Esta unidad de medida representa la potencia eléctrica (medida en kilovatios o kw) multiplicada por el tiempo que dicha potencia se suministró (medido en horas).

Como se mencionó, tal medida es registrada en la factura del servicio eléctrico. Tales empresas tienen diferentes formas y diferentes parámetros de monetizar este consumo energético. Pero hay algo en común en todas, indiscutiblemente: a mayor consumo, mayor costo.

Reducir su consumo resulta una medida muy razonable. Hay muchas formas de hacerlo. Popularmente se conocen muchas, como desconectar los aparatos y apagar las luces que no se usen, o no usar el acondicionador de aire. Pero, aunque sean útiles, pueden no ser suficientes. Si queremos reducir de verdad el consumo, hay que pensar de forma inteligente el modo de hacerlo.

¿Cómo hacer un uso más inteligente de la energía?

¿Qué significa hacer un uso más inteligente de la energía? Hay cosas que podemos hacer y significar una reducción real de consumo, pero que constituyen alguna incomodidad. Pensemos en lo siguiente.

Digamos que estamos pasando por un día especialmente caluroso. Queremos utilizar el acondicionador de aire para refrescarnos, pero recordamos que es uno de los electrodomésticos que más electricidad consume (hasta 2200 W de consumo: que es casi como tener 30 bombillas convencionales encendidas al tiempo). En consecuencia, decidimos no hacerlo y soportar el calor.

¿Fue o no fue inteligente hacerlo? Parece que no. Hacer un uso más inteligente de la energía no significa sacrificar nuestro confort para ahorrar algo de energía y de dinero. Significa, más bien, identificar cuáles son nuestras necesidades energéticas más apremiantes y más frecuentes y pensar cómo podemos satisfacerlas de la forma más eficiente posible.

Según esto, una medida inteligente es llenar la lavadora hasta su máxima capacidad. Así, la tenemos encendida y funcionando menos veces y durante menos tiempo. Esta medida, por ejemplo, también nos ayuda a ahorra agua. En este sentido, el consumo inteligente va de la mano con el consumo responsable. Veamos.

¿Cómo hacer un uso más responsable de la energía?

En la escuela siempre repitieron que la energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma. Y si algo es claro, es que la energía eléctrica que consumimos a diario no siempre fue eléctrica y que viene de algún lado. Hay muchas formas de generar energía eléctrica, pero las principales, en la actualidad, significan el aprovechamiento de recursos no renovables.

¿Cuáles recursos? Principalmente las plantas termoeléctricas, que mediante la combustión de carbón generan vapor de agua, que mueve turbinas eléctricas. También están aquellas que, interviniendo gravemente en la naturaleza, generan electricidad, como las plantas hidroeléctricas. Estos recursos son limitados, y su gasto significa una huella ambiental que merece la pena ser reducida.

De modo que cada vez que malgastamos electricidad en el hogar, a fin de cuentas estamos llevando a cabo una acción perjudicial para el medioambiente. Ser responsable con el uso de la energía es, entonces, adquirir consciencia de este problema.

Pero no solamente adquirir consciencia, sino implementar acciones que contrarresten el efecto perjudicial de un consumo desproporcionado e irracional de energía. La forma de hacerlo, como anticipamos, es siendo inteligentes en cuanto a su uso. A continuación te mostramos algunas medidas concretas que puedes llevar a cabo para hacerlo.

¿Cómo ahorrar energía en el hogar?

Aprovechar el sol

Al hablar de ahorrar electricidad mediante el aprovechamiento del sol, es normal que se piense en adquirir paneles solares. Y es una excelente idea. Pero aprovechar el sol puede ser más barato de lo que se cree. Basta con aprovechar la luz de día para llevar a cabo nuestras tareas cotidianas sin tener que encender bombillas ni ningún tipo de luz artificial.

Evitar el abuso de ciertos electrodomésticos

Hay electrodomésticos que indiscutiblemente consumen cantidades impresionantes de electricidad y que no son tan necesarios para nuestra cotidianidad. Por ejemplo, las planchas para la rop, que pueden llegar a consumir el equivalente a 18 televisores LED encendidos al tiempo.

Pero evitar el abuso no significa evitar a toda costa su uso. Puede usarse cuando sea necesario y a una potencia que no resulte excesiva. Por ejemplo, utilizar razonablemente el acondicionador de aire no es mantenerlo apagado, sino a una temperatura media.

Adquirir bombillos ahorradores

Es sabido que las bombillas convencionales gastan muchísima electricidad, respecto a las bombillas ahorradoras o las LED. Por ejemplo, una bombilla convencional de 1100 lúmenes consume alrededor de unos 75 W; mientras que una bombilla LED, de también 1100 lúmenes, consume entre 10 y 15 W.

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